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miércoles, 29 de junio de 2016

Ne te quaesivaris extra.


“Madurez para cerrar viejos ciclos y voluntad para abrir nuevas puertas”.

Eso es todo lo que le he pedido a la vida desde la primera vez que me rompieron el corazón y no solamente para mí, lo he pedido para cada una de las personas que he visto llorar por sentirse traicionada o simplemente decepcionada por todas las ilusiones que vio caer. He aprendido, a base de sacudidas que a veces el dolor se queda un tiempo pero eventualmente se va, así como se fueron los buenos momentos, el amor, los sueños en común, las metas por alcanzar y como el futuro que construiste a lado de esa persona. Y no, dejar atrás las promesas de amor nunca es un acto egoísta, volver a sonreír a los tres días no te hace una insensible, eres humana y la vida simplemente sigue su curso, te detengas o corras, su ritmo no cambia. También es válido hacerlo con tiempo y pausada, desprenderse no es fácil para todos, nunca hay que olvidar que soltar también es amar, es AMARTE que es aún más importante, dejar ir es dejar llegar, y si piensas que el dolor es infinito sólo piensa que alguna vez creíste que ahora sí era para siempre y que su amor nunca acabaría, triste pero cierto.

Acaban de decirme que yo nunca me he enamorado porque no tengo sentimientos y me reí, claro que me he enamorado más de una vez y siempre sabiendo -en el fondo- cuál podría ser el final pero siempre he esperado que no sea así. Claro  que  he amado, he amado a alguien incondicionalmente y con todo el corazón y aún así se fue. Ahora sí que como dijo Samantha: WHAT A WONDERFUL WORLD. La buena noticia amigos es que, sobreviví, no me morí de amor ni se me quitaron las ganas de volver a amar con todo el corazón a alguien aunque se vuelva a ir, y no me pasó una vez, y aún así sigo completa, a veces rota pero con todas mis piezas. Y eso no me hace una mala persona, ni me hace falsa ni tampoco significa que no haya sido amor de verdad simplemente significa como dije antes, que la vida sigue, avances o no.

A veces por muy puro y sincero que sea tu amor la otra persona no lo quiere o busca algo más y es válido, o a veces no  distingues qué es verdad o qué es mentira y aunque te sientas muy confundida déjame decirte que va a pasar, ese sentimiento se irá. Como lección de vida te comparto que lo principal es aprender a amarte. Ámate lo suficiente como para que nadie vuelva a romperte el corazón con su partida porque te tienes y tu persona vale tanto como el amor de alguien más y una cosa es que te dejen y otra muy distinta que tú te dejes. Todo lo que necesitas está en ti lo creas o no, enamorarse es compartir lo que uno tiene dentro, no es encontrar lo que te hace falta sino hacerse más grande, más fuerte y más feliz de la mano de una persona, no es responsabilizar a alguien de nuestros sentimientos, es ilógico poner el corazón en manos  de alguien más  cuando cada uno debe preocuparse por mantener el propio latiendo. Ámate tanto como para no conformarte con amores mediocres que llenan el vacío que deja la soledad, valórate tanto como para no tener que pedirle a alguien que se quede en tu vida, ámate como quisieras que lo hiciera alguien más porque lo triste es dejar de apreciar los regalos que te da la vida por lamentarnos por los que “nos quita”, la vida te regaló inteligencia, presencia y todos los días te da motivos para seguir, no dejes de verlos. Recuerda que en el momento que tú sepas lo que vales, a partir de ese momento, no aceptarás menos de lo que mereces. Te lo escribo yo, que he tenido que empezar a amarme de cero más de una vez. El mundo no se acaba, sólo te invita a continuar el viaje.



lunes, 4 de abril de 2016

Te dejo todo.

“Te escribo para decirte que te libero de mí,
vamos, te “amputo” de mí, sé feliz
y  no me busques jamás.”
 Frida Kahlo.


No sé en dónde estás exactamente, o tal vez sí, pero hace mucho que perdí el derecho de acercarme para preguntarte esas cosas que me dejaste en el pecho y que ahora me están haciendo nudos la garganta, nos hemos alejado tantas veces que esta parece otra rutina pero siendo honesta, espero que sea la definitiva, prefiero conservar todo como algo platónico, porque la vida nos ha vuelto a probar que somos imposibles.
 Dicen que te rompen el corazón pero a mí me duele todo el cuerpo y es que me has lastimado tantas veces que posiblemente lo tengo hecho polvo de tanto amor y de tanta desilusión, parecen irreales estos ocho años creciendo contigo a la par, creyendo que llegaría nuestro momento porque eras el amor de mi vida, ni hablar de estos caóticos dos años que han sido una montaña rusa; diversión, miedos, risas, peleas y amor con su respectiva dosis de rencor. Solía decirte que yo siempre sería tu familia pero me rindo, me voy de aquí, y no me voy porque no te ame, te amo, te amo tanto que me consume, siempre lo he hecho y siempre lo haré, pero el que te ame no significa que me sienta enamorada de ti, rompiste lo último que quedaba, me devastaste aunque también admito que en este tiempo me hiciste más feliz de lo que he sido en toda la vida; compartimos mucho aunque en este momento sé que no recuerdas nada.


Me despido y me voy dejándote casi todo, los momentos, mi esencia, todos los recuerdos en nuestra casa, los planes, mi perfume en tu cama, una decena de cartas y otra de regalos, mis risas en la sala porque siempre lograbas hacerme estallar en carcajadas, mis lágrimas en tu almohada porque más de una vez me ignoraste mientras dormía a tu lado; te dejo las fantasías que te provocaban mis piernas, te dejo los “te amo” que nos decíamos a cada minuto cuando el silencio nos quería invadir, se quedan contigo las pesadillas que me causaban tus zapatos deportivos y también mis ganas de ser cada día mejor para ti, te dejo en los cajones de los muebles nuevos todas las canciones que me dedicabas en las madrugadas <sé que las vas a necesitar para alguien más, te conozco bien>; entre los dos platos y los tres vasos que teníamos se quedan escondidas mis ansias por mejorar incluso en la cocina, sólo para hacerte sentir especial, sólo para que dijeras que te encantaba cuando te preparaba de comer, se quedan mis fracasos como mujer, el recuerdo de mi vientre vacío hace un año, las culpas, los malos deseos y a todos y cada uno de los fantasmas de esas mujeres que jamás me dejaron estar en paz, esos fantasmas que se robaron mi confianza y mi seguridad con cada uno de tus errores, esos que hicieron que me olvidara de quién soy.


Debajo de tu cama, escondidos, están todos los “perdóname” que dije por haberme equivocado, se quedaron ahí porque jamás llegaron a ti sin importar lo cerca que estabas,  mis canciones que no entendías, mis frases, mis libros, mi poesía y mis anécdotas; te dejo mi obsesión con mi apariencia, la paranoia de un closet enorme en donde podría caber toda mi vanidad, se queda haciendo eco todo el amor que te tuve, todas las veces que corrí emocionada a llenarte de besos, mi debilidad para perdonarte; flotando entre tu ropa el aroma a vainilla de mi cabello, todos los planes para escapar a donde nadie nos conociera, tu fascinación por el olor de mi perfume y en todas las paredes te dejo mis gestos que tanto odiabas, la “mean girl” que nunca pude dejar de ser y toda la paciencia que me tuviste, toda tu iniciativa para que comprendiera lo que amabas y  mi incapacidad para aprender de fútbol, todo se queda ahí, tus propuestas de matrimonio y las millones de veces que con todo el corazón te respondí que sí, porque en verdad nos amábamos, ¿verdad?, realmente planeamos mucho juntos, nos queríamos sinceramente en nuestras vidas, nos amábamos mucho, pero nos permitimos destruirnos y duele afrontarlo pero ambos lo hicimos, por eso me voy dejándote incluso los días felices, los días de sol, los días de lluvia, los días de frío y también nuestro único día de playa en ocho años, el día que me regalaste el cielo y el mar porque sabías que para mí era felicidad, todos los “fairytales” que nos inventamos para ser felices y todas y cada una de las veces que no permitiste que dejara de sentirme poderosa e inteligente, te dejo la leyenda del hilo rojo en la que creímos y todas las flores que me diste para alegrarme más la vida.

En un rincón se quedan las veces que escuché tus problemas familiares, todos los remedios que me inventé para curar ese dolor que te causaba y todos los besos que te di para reconfortarte, es más te dejo todos y cada uno de nuestros besos, los inocentes que me robaste a los diecisiete años, los de despedida cada vez que nos alejábamos, los ilícitos cuando alguien más era tu compañía, los que sellaron promesas, los de triunfo y los de reconciliación, te dejo todos los besos y también los abrazos en los que me atrapaste y los que hiciste mi hogar, se quedan sobre tu cama tus halagos, tus palabras bonitas de todos los días y esos mensajes que me hacían suspirar, ese año nuevo que se volvió una pesadilla y por si alguna vez me paseo en tu conciencia, dejo también todo lo que hice por ti, todo el tiempo que te cuide como si fueras un niño, lo mucho que me importaba tu estabilidad y tu felicidad, te dejo ahí las ocasiones en las que te rescaté aunque tú nunca pudiste hacerlo por mí cuando más te necesité; mi corazón roto por todas de las veces que me dejaste y junto a un poco de mi dignidad te dejo las veces que te pedí que no lo hicieras. Te dejo casi todo, la casa está llena de todo lo que fui, me llevo únicamente mi nombre y una parte de ti que ni siquiera tú me puedes quitar, una parte de ti que crece y se hace más mío cada día, una parte que es tuya aunque no puedas afrontarlo, esa parte por la que cada noche pido lo mejor, es todo lo que me pertenece.

Me voy porque ya no aguanto mi vida envuelta en locura, porque en algún momento quiero recuperar a quien fui,  me voy porque todos estos golpes contra la pared están acabando conmigo, aunque más que irme es dejarte ir, es soltarte; y como me enseñó un libro, cada vez que te extrañe te mandaré toda la luz que le diste a mi vida, porque te amé tanto… cada día más y más que parecía irreal amar tanto a alguien, siempre serás mi Chuck Bass ‘my imposible true love’ y por eso  te mandaré siempre lo mejor de mí, me voy agradecida porque me hiciste soñar que los grandes amores no son los perfectos, son en los que se batallan, son los más locos, pero también me enseñaste que no porque el amor sea muy grande, es correcto. Me voy agradeciéndote el que hayas seguido con tu vida porque fue la pauta para que pudiera continuar con la mía, Me voy dejando de creer que si estamos hechos el uno para el otro, eventualmente nos volveremos a encontrar. Me voy y te dejaré ir entre líneas, aunque me cueste un libro, te dejaré ir.


Salette.

lunes, 22 de junio de 2015

Para mi amor chiquito.



"Oculta ciencia dicta a mi conciencia que en otra existencia te recobraré."
                                      Amado Nervo.

He empezado a creer también que la libertad no radica en soltar, que es muy cierta esa frase que dice que el corazón no sabe de despedidas.

Dice Sofía que me pasa porque uno no puede soltar lo que nunca estuvo en sus manos, pero el roce de tus deditos con los míos para mi fue suficiente, te tuve.

Te conocí de la manera en la que nadie espera hacerlo, tuve miedo y luego doliste mucho sin que fuera tu intención lastimarme, sé que tú jamás lo hubieras hecho, sé que no dependía de ti el quedarte, hay gente que se va por decisión y a ti el tiempo no te permitió tomar esa clase de decisiones. No te permitió quejarte por el nombre que hubiera deseado darte, ni tener complejos, ni miedos, ni errores. El tiempo no te dio tiempo, ni para que yo pudiera verte sonreír, ni saber el color de tu piel y tu cabello, ni para seguir admirando la forma de tu nariz y la de tus labios que eran igualitos a los de tu papá.

No sé si tú tengas recuerdos, me aterra saber que no hayas podido saber cuánto te quise, que te amé con todo el corazón y que esperaba con mucha emoción el por fin conocerte.

Quiero que sepas, que por ti solté todos los miedos, que por ti todo se hizo mejor, que aunque pareciera que algunas cosas se frenaron, aceleraste el ritmo de toda mi vida, creaste en mí sentimientos que pensé que jamás conocería, "tocaste mi corazón, tocaste mi alma, cambiaste mi vida y todos mis planes", justo así como lo canta James.

Quiero decirte que has sido la ilusión más grande que he tenido y que ningún amor va a superar lo que tú me hiciste sentir, que no ha pasado un día en el que no me pregunte a dónde te mandó la vida que no te recibió y que te extraño con todo y el cansancio excesivo de las últimas tardes.

Escribo párrafos cortos que a lo mejor no tienen coherencia para muchas personas pero no me importa, porque sólo sé que escribo para ti, esto es tuyo y de nadie más, y no puedo alargar las frases porque se me acaba el aire y tengo la imperiosa necesidad de detenerme, de separar mis ideas y decírtelas poco a poco.

No sé si mis pensamientos lleguen a ti, no sé si eres como los bebés de los poemas que dicen: "no llores, mami, sigue adelante", o tal vez ni me escuchas, ni me ves, y mucho menos me vas a leer, pero, ¿sabes? Esta es la única forma en la que yo expreso bien las cosas, esto es lo único que yo sé hacer, me hubiera encantado saber si tú hubieras sido bailarina o también escritora, me hubiera encantado compartirte mi amor por la vida, porque cuando te tuve la amé más de lo normal, maximizabas mi entorno, lo hacías mejor, me dabas amor sin saberlo, con tus movimientos acelerados y con todas las veces que te aferraste a mi cuerpo para quedarte un poquito más conmigo.

No quiero acabar esto como si fuera una despedida, solo quiero hacerte un recordatorio y sí, yo sé bien que no estás a mi lado, ni lo estarás pronto, y aunque no pueda abrazarte ni vestirte de rosa para salir a pasear, nunca olvides que dejaste huella en la vida de alguien y sobretodo, nunca olvides que estés conmigo o no, yo siempre voy a ser tu mamá y tú, tú siempre serás mi niñita.



viernes, 5 de junio de 2015

Dejar ir es dejar llegar.

Ahora sí me voy, me voy y te dejo con tu vida envuelta en locura. Me voy porque no quisiste que te ayudara a desenredar los nudos que te atan la vida, esos que te comen vivo.
Ahora sí me voy, me voy con el corazón roto (aunque eso ya es costumbre).
Me voy porque ya me cansé de esperarte. Me voy porque por fin entendí que nunca te vas a decidir por mí. Me voy porque no te mereces este amor, no te mereces éstas lágrimas ni este deseo insaciable de tenerte cerca.
No mereces nada y sin embargo, quiero darte todo.
Me voy porque no entendiste eso.


martes, 2 de junio de 2015

Te amé con todo, como nunca, como a nada.


Te amé mucho, ¿sabes? Escribo en pasado porque no me queda de otra, así nos pasa a nosotras las personas que somos las últimas en enterarnos que todo se acabó. Te amé con todo y la penitencia, y es que a este amor no soy capaz de encontrarle lógica pero no por eso deja de serlo, sí así de ilógico como este inicio en el que parece que no sé qué más decir.

¿Recuerdas aquella noche buscando nombres para el futuro? Hicimos una pequeña lista recostados en tu cama, reíamos mucho y no nos poníamos de acuerdo; acariciabas mi cabello con tanta calma que parecía que esa noche no iba a acabar nunca, ¿verdad que sí te acuerdas de esa noche? Es que no sé qué me pasa  que yo no logro olvidarme de esa noche.

¿Me amaste, verdad? Sí, yo sí creo que me amaste, en alguna de esas noches hasta lo podría haber jurado, ¿qué nos pasó? ¿a dónde emigraron nuestros sentimientos? ¿Se los llevó aquel futuro al que nombramos nuestro todo, se los llevó la mañana en la que partió?

Si pudiera regresar el tiempo lo haría sin pensarlo, una de dos, para no enamorarme de ti así como lo hice o sólo para repetir aquella tarde sin hacer nada, con tu mano en mi vientre formando círculos y haciendo planes para un fin de semana que jamás llegó. Ya sé lo que estás pensando, te preguntas si estoy llorando (como siempre) claro que estoy llorando, claro que lloro mientras escribo y recuerdo todo eso que era mío, ¿Cómo no va a costarme trabajo arrancarme de golpe todo aquello que teníamos a manos llenas? Y es que, tú sabes, qué lindo me besabas, me besabas lentecito como si el tiempo fuera nuestro, y a veces me besabas con fuerza, dominabas cada extremidad de mi cuerpo, cada nervio en mi sistema te correspondía, me sabías, me conocías, claro, no fueron siete años en vano, ¿cierto? Me encantaban esos besos en los que al abrir los ojos sentía que lo que tenía frente a mí –ahora sí- era para siempre, qué tonta, ¿verdad? Qué tonta por pensar que algo así era para siempre en esta vida, porque ya creo que nada lo es…

¿y es que acaso el amor va de la mano con la decepción? Porque sabes eso duele mucho, siento que estoy  a un abrazo de romperme, ojalá nadie note la tristeza que me provoca el ya no encontrar paz en tus ojos ni un hogar en tus brazos, ¿acaso no te gustaba como te amaba y por eso pretendes lograr que deje de hacerlo? O es solo que así viene el amor, en paquete, con todo y sufrimiento, ya no me importa, lo acepto, yo te a ti te amé completito.

¿Sabes? el amor me está enfermando, me pasa que todas las noches se me llenan los ojos de agua, no es para menos, dicen que el amor del bueno cura y yo te amé tan bonito que me vaciaste el corazón, quisiera mi vida como estaba, cuando estabas… me hubiera alcanzado con que me amaras la mitad de lo que yo te amé, pero bien lo dicen por ahí, los hombres no saben tener cosas bonitas sin terminar haciéndolas pedazos, y así estoy, es como si estuviera en un juego de jenga en el que si mueven la pieza equivocada me derrumbo a la chingada, pero qué importa la gente apenas y lo nota, dicen que me veo bien, radiante y a pesar de que no estás, cuando todos los demás están sonrío, hasta me lo creo.

Tú sabes la verdad, ¿cierto? A ti te consta que te amé, lo decías siempre “pero me amas”, odiaba que dijeras eso siempre, pero daría todo por volverlo a escuchar, ya no sé para qué te escribo, ojalá tuviera este mismo valor que tengo al escribirte para borrarte, porque esta corriente de olvido que pasa por tu vida a mí no me lleva, me arrastra y pronto no tendré cabida en ella ni siquiera para escribirte, ni siquiera para esconderme en algún pensamiento, aunque fuera muy pequeño, aunque llevara mi nombre, yo sé que pronto no podrás ni siquiera reconocerlo, así pasa con las personas que tienen a un lugar a donde ir, se van simplemente por eso, porque hay otro lugar en el que les aman mejor.

Te amé con toda la intención de hacerlo para siempre, pero no se puede amar a quien no quiere ser amado y lo intenté, por Dios que lo intenté pero no se le pueden extender los brazos a quien no quiere ser abrazado, y no te culpo, soy yo la que decidió entregarse a un par de sueños y al amor que me ha fallado tantas veces, y no pasa nada, aunque un corazón se rompa el mundo sigue girando, el amor es eso que pasa y que te habita el corazón hecho pedazos por siempre,  el amor es eso legal que me ha hecho daño y tú eres a esa persona a la que amé, a la que amé sin medias tintas, sin otra pretensión más que ser tuya, te amé sin culpas, te amé como se debe: completito.

Salette B.

jueves, 5 de marzo de 2015

Clavo que saca a otro clavo, te coloca en el cuadro equivocado.

"Un clavo no siempre saca a otro clavo, a veces los dos se quedan dentro"
-Walter Riso
"O a veces te deja en cuadro equivocado."
-Dijo la Salette.



A veces, el soltar solo lo podemos lograr si ya hemos tomado algo más con la otra mano, nos da tanto miedo quedarnos con las manos vacías y nos volvemos personas que van abandonando ciclos, no cerrándolos; no cortamos los lazos de manera sana, le pedimos a alguien más que inconscientemente nos ayude a lograrlo, y sí, al igual que el Feng Shui parece buena idea... en teoría, pero no funciona, aunque creas que sí. No lo intenten, al final siempre pagamos nuestra cobardía,  a mí me tocó hoy, cinco años después, sin aún poder entender por qué fue así. En Cancún tenemos un gran problema y es el tráfico y no el de autos, sino la gente con la que chocas, tus exnovios, por ejemplo... no, hoy no les hablo de alguno que haya mencionado antes y no porque fuera insignificante, porque sí le quise y mucho pero el hecho es que no es de esas historias que costaron lágrimas y fueron largas, fue más bien la historia a la que le puse mucha fe para que me salvara de otra que sí me había costado muchas de esas (exacto, T). Lo conocí justamente una semana después de haber terminado con T, siete días después de que él me rompió el corazón me encontraba en un profundo hoyo emocional del que sólo un bombero sin una clavícula me pudo sacar, ese extraño bombero es precisamente él, Emmanuel. Me tomó solamente un par de semanas sentir que las heridas habían cicatrizado y que por mi bien había superado a ese ex amor que me hizo volar en su momento. Y aunque ya no volaba, tenía con quien caminar, alguien que también buscaba desesperadamente cómo cicatrizar sus propias heridas y que entonces, me encontró. Tengo esa memoria exacta de un Emmanuel de 21 años, tan guapo, con esos ojitos color ámbar que me miraban sin mirar, lo recuerdo altísimo, tomando mi mano y viajando 45 minutos para verme tres veces por semana. Sí, era súper romántico, decía que yo era su "chuletita" (jajajá), así era él, la historia más corta y tierna que he tenido, quien no me rompió el corazón pero sí me dio cariño; su presencia nunca fue más fuerte que la de T y ese fue realmente el problema, yo quería a T pero tomaba la mano de Emmanuel, esperaba las llamadas de T, pero respondía los mensajes de Emmanuel... ¿ya nos vamos entendiendo?
¿Puede realmente un amor precipitado borrar algo tan reciente? La respuesta en mi caso es: NO. Cometí el error de dejar entrar a alguien al lugar donde tenía desordenados los sentimientos y así no se le recibe a las visitas; quise que me reparara el corazón roto y eso sólo le corresponde a uno mismo, la peor parte es que en mi confusión terminé perdiendo varios pedacitos del corazón, intentaba convencerme a mí misma que él había sacado a esa otra persona de mi cabeza y esa no era responsabilidad suya, era mía, pero como buena cobarde no tenía la valentía y la determinación suficiente para cerrar mi propio ciclo y por eso ese amor no pudo ser. Hay que soltar ambas manos para recibir a manos llenas lo que está destinado a nosotras, no podemos delegar nuestras responsabilidades, el amor y el olvido son nuestra cruz y nuestro placer, ¿por qué negarnos a aceptarlo?, ¿por qué como humanos nos es tan difícil aceptar las despedidas y el sufrimiento? Si ahora bien lo veo, es tan sólo directamente proporcional a lo que uno elige sentir, no se puede acabar una historia sin dejar nostalgia, memorias y un poquito de ese dolor que en años sabrás que fue bien vivido, que querer con todo no te hace menos, te hace humano; que permitirte experimentar esas sensaciones siempre te deja con algo, y meses después entendí que la soledad es un mal necesario, porque en realidad nunca estás solo, siempre te tendrás a ti, y permitir que otro clavo saque a tu clavo es perderte un poquito, es no permitirte saber qué tan fuerte puedes ser, y aunque después de años entendí que sí es posible, y aunque de ese error aprendí, hoy, cinco años después, también comprendí que nunca podrás encontrar las palabras para disculparte por no haber estado completa para alguien a quien con todo el corazón (roto) y las mejores intenciones aceptaste alguna vez en tu vida.

Salette.




lunes, 13 de octubre de 2014

¿Traes el corazón en paz antes de dormir?

He estado leyendo durante diez días la bitácora de un corazón roto, no, no, no le llamaré así porque no me parece que así sea, es más bien el diario de un corazón en reparación. Lucía la de Flor (quien escribe) invita a escribir cómo amaneciste todos los días, qué tal fueron esos diez días después de cortar tu última relación y créanme, he pensado seriamente hacerlo. Yo, Salette, quisiera poder escribir todos los días eso en lo que amanezco pensando, en esas personas, esos pendientes y esas miles de cosas que hacen de mi imaginación un caos, pero debido a mis horarios de trabajo no me es posible, pero para eso me inventé esto, si amanezco con tanto, obviamente acabo el día pensando en el doble de cosas y para irme a la cama con el corazón en paz decidí escribir antes de dormir, aunque la paz parezca lejana a mi corazón en este momento, batallo incansablemente para no dejarme llevar por falsos ecos que suenan a corazonadas, intento caminar firme sobre el hielo con el que cubro mucho de mi sentir últimamente, intento tomar el control en este loco juego en contra de mis sentimientos y en el cual voy perdiendo; me pregunto repetidamente por qué las cosas no funcionan como se supone deben funcionar, y es que lo que yo pienso que es correcto al parecer el universo no lo aprueba del todo. Pienso en el amor a destiempo en ese que nos ocurre con la persona correcta en el momento menos indicado, pienso que hace mucho que no me acerco ni poquito al amor, que mientras hay chicas que pueden desechar relaciones una tras otra, a mí me cuesta un poquito más soltar y no exactamente a las personas, más bien a los miedos, a todos los fantasmas que se quedan después de tanta decepción, de tantas discusiones, de tantos celos, de tanta inseguridad, no me imagino a mí siendo atacada por los mismos demonios, ya no sé si alguna vez seré capaz de amar más y más un poquito más que la última vez, porque bien dicen que los amores que matan,  son los que menos mueren y qué miedo (más miedos). Y así transcurren mis noches esta última semana pero como dice mi mamá, hay cosas más importantes que los dramas personales, por eso cuéntame, ¿Se siente bonito irse a dormir con el corazón en paz?

Saletta bradshaw <3.