Entradas populares

lunes, 6 de octubre de 2014

El engaño.

"¿Qué es el engaño?" me preguntó alguien que siempre me ha parecido treméndamente inteligente, obviamente me sentí un poco más ignorante que ella pues en mi cabeza se cruzaron de manera desprevenida algunos conceptos personales de infidelidad, deslealtad, mentira, falsedad... en fin, todos los primos del engaño, como es normal no logré llegar a ninguna conclusión, al contrario, terminé aún más confundida; sin el concepto claro, logré brincar por varias ramas hasta preguntarme cuál es el peor tipo de engaño, en definitiva no hay alguno peor que el engaño a uno mismo, pues yo considero que en la vida no hay alguien más fiel que nosotros mismos, y mira que venir a engañarnos es algo en verdad horrible, ¿a quién culpar? ¿De quién quejarse? ¿A quién odiar? Obviamente a la persona que veremos para siempre en el espejo. 
Vamos a ser honestas, empiezo yo; de los peores engaños que me pude haber hecho supongo que ha sido cuando me digo: "no me va a lastimar", sabiendo perfectamente que entro a ese círculo en el que me hago daño y me vuelvo a levantar, y suele pasar generalmente con hombres, como aquel emocionalmente inaccesible que me encanta porque es tan mi tipo que más bien es mi ex tipo y por ahí va el problema, por mucho tiempo es algo que he estado omitiendo a mis amigas, no lo considero engaño, sólo omisión, y ahí es cuando te contienes todos esos pensamientos asesinos que son fruto de largas pláticas con ellas, como aquel comentario que hizo Laura una vez: "no puedo aceptar tener una relación así, sería como pasar de vino en copas de cristal a cerveza en vasos de plástico" y para ser sincera, su analogía no es tan lejana, ya no tienes todo lo que solías disfrutar (incluido el afecto) sólo tienes lo que te puede dar, y a veces te engañas y dices que está bien, y claro que no hay algo de malo en ello, no lo hay cuando no te confundes, la cuestión aquí es que ya no sé si he aprendido a controlar mi situación o es sólo que he construido muy bien mi engaño, personalmente no suelo cuestionar mucho esas decisiones, pues tantas cosas malas me ha traído como las buenas, sí, precisamente esas que mencioné, las que me encantan, a mi favor (o a favor de mi engaño personal) puedo decir que mi colchón a esta caída libre son los interminables kilómetros que me separan de él la mayoría del tiempo, pero qué pasa cuando no se puede ser tan afortunada y se juega a tener una relación con alguien que vive a 15 minutos de tu casa, cuando no te puedes escapar tan fácilmente porque hay mayor oportunidad de vivir y sentir que ese engaño llega más y más lejos y hasta llega a tener sus propios engañitos para hacerte la aventura más cómoda (y dolorosa) y es que al final la única que se queda cuestionándose qué salió mal en ese audaz plan de "no me va a doler" eres tú y difícilmente llegas a aceptar esa cadena de engaños que te creaste para hacer menos pesado el viaje, y es que esos hombres que se prestan a esto son precisamente los que no te pueden amar como tú quieres ser amada, o en ocasiones no pueden amar a alguien que no sea ellos mismos, y es duro aceptarlo y es más fácil sonreír y volver a mentir: no pasa nada.

Salette Bradshaw.<3. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario