Entradas populares

jueves, 5 de marzo de 2015

Clavo que saca a otro clavo, te coloca en el cuadro equivocado.

"Un clavo no siempre saca a otro clavo, a veces los dos se quedan dentro"
-Walter Riso
"O a veces te deja en cuadro equivocado."
-Dijo la Salette.



A veces, el soltar solo lo podemos lograr si ya hemos tomado algo más con la otra mano, nos da tanto miedo quedarnos con las manos vacías y nos volvemos personas que van abandonando ciclos, no cerrándolos; no cortamos los lazos de manera sana, le pedimos a alguien más que inconscientemente nos ayude a lograrlo, y sí, al igual que el Feng Shui parece buena idea... en teoría, pero no funciona, aunque creas que sí. No lo intenten, al final siempre pagamos nuestra cobardía,  a mí me tocó hoy, cinco años después, sin aún poder entender por qué fue así. En Cancún tenemos un gran problema y es el tráfico y no el de autos, sino la gente con la que chocas, tus exnovios, por ejemplo... no, hoy no les hablo de alguno que haya mencionado antes y no porque fuera insignificante, porque sí le quise y mucho pero el hecho es que no es de esas historias que costaron lágrimas y fueron largas, fue más bien la historia a la que le puse mucha fe para que me salvara de otra que sí me había costado muchas de esas (exacto, T). Lo conocí justamente una semana después de haber terminado con T, siete días después de que él me rompió el corazón me encontraba en un profundo hoyo emocional del que sólo un bombero sin una clavícula me pudo sacar, ese extraño bombero es precisamente él, Emmanuel. Me tomó solamente un par de semanas sentir que las heridas habían cicatrizado y que por mi bien había superado a ese ex amor que me hizo volar en su momento. Y aunque ya no volaba, tenía con quien caminar, alguien que también buscaba desesperadamente cómo cicatrizar sus propias heridas y que entonces, me encontró. Tengo esa memoria exacta de un Emmanuel de 21 años, tan guapo, con esos ojitos color ámbar que me miraban sin mirar, lo recuerdo altísimo, tomando mi mano y viajando 45 minutos para verme tres veces por semana. Sí, era súper romántico, decía que yo era su "chuletita" (jajajá), así era él, la historia más corta y tierna que he tenido, quien no me rompió el corazón pero sí me dio cariño; su presencia nunca fue más fuerte que la de T y ese fue realmente el problema, yo quería a T pero tomaba la mano de Emmanuel, esperaba las llamadas de T, pero respondía los mensajes de Emmanuel... ¿ya nos vamos entendiendo?
¿Puede realmente un amor precipitado borrar algo tan reciente? La respuesta en mi caso es: NO. Cometí el error de dejar entrar a alguien al lugar donde tenía desordenados los sentimientos y así no se le recibe a las visitas; quise que me reparara el corazón roto y eso sólo le corresponde a uno mismo, la peor parte es que en mi confusión terminé perdiendo varios pedacitos del corazón, intentaba convencerme a mí misma que él había sacado a esa otra persona de mi cabeza y esa no era responsabilidad suya, era mía, pero como buena cobarde no tenía la valentía y la determinación suficiente para cerrar mi propio ciclo y por eso ese amor no pudo ser. Hay que soltar ambas manos para recibir a manos llenas lo que está destinado a nosotras, no podemos delegar nuestras responsabilidades, el amor y el olvido son nuestra cruz y nuestro placer, ¿por qué negarnos a aceptarlo?, ¿por qué como humanos nos es tan difícil aceptar las despedidas y el sufrimiento? Si ahora bien lo veo, es tan sólo directamente proporcional a lo que uno elige sentir, no se puede acabar una historia sin dejar nostalgia, memorias y un poquito de ese dolor que en años sabrás que fue bien vivido, que querer con todo no te hace menos, te hace humano; que permitirte experimentar esas sensaciones siempre te deja con algo, y meses después entendí que la soledad es un mal necesario, porque en realidad nunca estás solo, siempre te tendrás a ti, y permitir que otro clavo saque a tu clavo es perderte un poquito, es no permitirte saber qué tan fuerte puedes ser, y aunque después de años entendí que sí es posible, y aunque de ese error aprendí, hoy, cinco años después, también comprendí que nunca podrás encontrar las palabras para disculparte por no haber estado completa para alguien a quien con todo el corazón (roto) y las mejores intenciones aceptaste alguna vez en tu vida.

Salette.




No hay comentarios:

Publicar un comentario